Él estaba convencido de sus planteos. Todos sabían de su afán por las discusiones.
Él creía en la ilustración como camino, él por eso lo intentaba, por eso seguía, y por eso buscaba aun dónde le decían que cierre la boca. Todos pensaban que lo hacía por ser un jodido con exceso de ego. También tenían razón. También.
La situación se puso tensa, el aire pareció una barrera de vidrio sucio. El gigantesco edificio de la facultad tuvo un retorcijón en ese aula del tercer piso. Pero es un organismo habituado a ignorar ciertos dolores.
El profesor a cargo de la cátedra aclaró la garganta y habló con desprecio. “El tonito que usted usa es irrespetuoso y le informo que, con casi 20 años en esta institución, no voy a perder mi tiempo en responderle”.
Él sabía que el respeto pasaba por otras cuestiones, y entre ellas, debía estar el merecerlo. “Si se quiere, mi pregunta podrá resultarle incómoda, difícil, esquiva, pero no por eso es irrespetuosa. Le pido por favor, antes de proseguir el tema, entonces, me puntualice en qué forma le falto el respeto”
“Veo que tiene limitaciones para entender consignas: La conversación terminó” Como si necesitara romperese algo ya roto.
“Si me permite, reconocer las limitaciones es el primer paso para comenzar a terminar con la soberbia…luego, usted puede matarse y así terminamos definitivamente con el problema”
.
Claro, habrá que rendir en otra cátedra.
.
Él creía en la ilustración como camino, él por eso lo intentaba, por eso seguía, y por eso buscaba aun dónde le decían que cierre la boca. Todos pensaban que lo hacía por ser un jodido con exceso de ego. También tenían razón. También.
La situación se puso tensa, el aire pareció una barrera de vidrio sucio. El gigantesco edificio de la facultad tuvo un retorcijón en ese aula del tercer piso. Pero es un organismo habituado a ignorar ciertos dolores.
El profesor a cargo de la cátedra aclaró la garganta y habló con desprecio. “El tonito que usted usa es irrespetuoso y le informo que, con casi 20 años en esta institución, no voy a perder mi tiempo en responderle”.
Él sabía que el respeto pasaba por otras cuestiones, y entre ellas, debía estar el merecerlo. “Si se quiere, mi pregunta podrá resultarle incómoda, difícil, esquiva, pero no por eso es irrespetuosa. Le pido por favor, antes de proseguir el tema, entonces, me puntualice en qué forma le falto el respeto”
“Veo que tiene limitaciones para entender consignas: La conversación terminó” Como si necesitara romperese algo ya roto.
“Si me permite, reconocer las limitaciones es el primer paso para comenzar a terminar con la soberbia…luego, usted puede matarse y así terminamos definitivamente con el problema”
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Claro, habrá que rendir en otra cátedra.
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"Pesa las opiniones, no las
cuentes"Séneca.