jueves, 17 de junio de 2021

En estas páginas...

«Ninguna historia cuenta una sola historia, ni en los libros ni en la vida.»
Abelardo Castillo. 


Los libros son tal vez el único lugar aparte de mis perros donde me he refugiado de entre mis demonios, me he reconocido en mis encrucijadas, me hice de coraje ante mis abismos, y resulté ser mejor inequívocamente. Libros y perros no han flaqueado nunca como escuderos y brújulas. Yo... yo a veces sí.



martes, 1 de junio de 2021

2

 

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Cada vez que conocí a una persona que se autodenominaba "cero conflictiva", resultaba ser o que le chupaba un huevo todo lo que pase en y al mundo, o -peor- que era su latiguillo para minimizar los conflictos que ella misma provocaba y no quería atender.

Chicos, para no ser conflictivos hay dos opciones nomás:

A) Ser un cuerpo sin libre albedrío (lo que funcionará siempre y cuando estemos sometidos a una sola voluntad, o a voluntades con sentidos y formas concurrentes) (raro).

B) Estar muerto (y este punto es discutible, porque más de uno hizo despelote con solo morirse…).

El truco más que "no ser conflictivo", diría yo, es ser bueno en los conflictos, ya sea

  • evitando provocarlos al pedo a los demás o donde no tienen más sentido que el mero deporte.
  • atendiendo como corresponde los que son válidos, así nos incomoden o cansen.
  • provocándolos ante la presencia de la maldad o injusticia, así nos incomoden… o incomoden a otros.


Se me ocurre que cuanto más gente comprometida con solucionar o erradicar conflictos exista, menos “conflictivo” va a ser el mundo.

Pero no sé, nunca pasó.

Lo que sí sé que pasa es que con tanta gente jugando al “me importa tres huevos” y al “si no me pasa a mí no es importante”, no existe paz ni en los cementerios.


*Obra de Bansky