martes, 23 de julio de 2024

Estandartes

 He estado mucho tiempo triste. Tanto que pude valorar enormemente esos momentos donde sonreías genuinamente. En ellos, yo era pura dignidad. En ellos, vos me recordabas que el intento valió la pena.

Qué pena siento cuando oigo el crujir de tu armadura al intentar buscar una espada de otras batallas. Qué peso debe ser querer abrazar con ese otro peso encima.
Siempre que veo ejércitos llevando un estandarte a la batalla me pregunto qué sentirá su portador, sin escudo y sin espada, expuesto por sostener erguido el símbolo y los colores.
Tal vez los estandartes tienen alguna función práctica. Al menos una: recordar que pelear contra algo es distinto a pelear por algo. O alguien.