martes, 2 de septiembre de 2008

Desde el aire

Escrito en una noche dónde la bella poesía
de Irupé casi transformó a este cuento en
un robo de sus versos.
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Florencia se recuesta sobre sus manos. Su cabeza ladeada mira la dulzura en forma horizontal. Frente a ella, el pequeño osito de peluche celeste sentado en el viejo escritorio la observa sereno. Sereno, pero no inmutable. Al contrario, en esos ojos marrones y brillantes se dibuja la sonrisa de Florencia de tal forma que en su pecho de suave relleno el tiempo aprendió a amar como suspendido en el aire. Como la flor del lirolay.

Florencia, sin despegar la caricia delicada de sus mejillas y sus manos, asciende con sus ojos por el cuerpecito del osito. Y el osito no puede reaccionar, perdido como está en la brillante melena azabache de la joven.

El gato entra al cuarto como la brisa de la mañana. Como una promesa y con algo de gotitas en las pisadas. Igual que la brisa, no pide permiso. Igual que la brisa, tan natural y mansamente que el permiso es puro cuento. Su gris cuerpo rechoncho solo se ve interrumpido por esa mancha negra que se descuelga de una de sus patas traseras. Si bien el camino desde el umbral hasta el escritorio es recorrido por el felino como lo hace un soberano por sus jardines reales; hace menos ruido que un secreto. Como un rumor ligero, brinca sobre el escritorio. Se posa en el efímero espacio de una pestaña de la cara de la muchacha. Florencia no se asusta ni sorprende por su aparición repentina. Ya lo dije: ese gato es como la brisa. El osito celeste aun no regresa de su paseo por cada cabello como para poder atender al minino.

Por esas cosas tontas de la vida, Florencia sonríe como si llegaran años de primavera. Claro que, ¿Quién soy yo para calificar de tonta a una sonrisa? Sepan perdonar; es producto de mi propia limitación: yo podría pasarme mirando gatos grises con-mancha-negra y ositos celestes toda la tarde sin encontrarles gracia alguna.

Pero Florencia sonríe. Claro ella puede ver más allá.
Creo que por eso la amo.
Porque yo ando trepando árboles para que mi alma tome altura persiguiendo el esmero de mi cuerpo entre las ramas.
Y ella vuela con la cabeza recostada sobre su viejo escritorio.

Me afirmo sobre el viejo nogal y voy más allá del intervalo de luz que me deja ver por la ventana del cuarto…

Casi puedo ver sus sueños…

Figuras doradas que bailan con algodones.
Cientos de naipes descontrolados de ronda en ronda alrededor del Gato de Cheshire.
Un enorme ent agita su cuerpo de caldén bajo la noche diminuta.
Sonidos de una quena Inca que son más historia que pasado.
Alas de águila hechas zamba.

Casi puedo ver…

Casi pierdo el equilibrio intentando robarme más.
Así son los sueños. Agitados. Aun en la calma.
Cuando recobro la seguridad aferrado a la madera… ella me observa.
Florencia ríe desde la ventana. Ríe en sus mejillas.
Estas grande para andar trepando a los árboles” me dice, más como un empujón cómplice que como una verdad nostálgica.
Acepto el juego con una sonrisa.
Con lo que me queda de coraje, arriesgo mi último gramo de orgullo en un salto hasta el suelo.
Salió bien. La miro de reojo, sigue sonriendo.
Ya bajo” me dice antes de desaparecer dentro del cuarto.
Me doy cuenta que estoy fingiendo. Nada grave, pero me duelen las plantas de los pies.

El viento dibuja canciones haciendo irreal la espera.
Mi propia memoria es un verso triste. Y me parece que no rima.
Pero su sola presencia llena de flores el aire.

Tengo una herida de cielos abiertos, no se sostiene ya
tanto misterio. Son casi unos versos, son casi silencios. Soy casi una herida de
cielos abiertos.


El viento calla cuando ella aparece, graciosa desliza su figura por el jardín. Una guitarra la sigue como las alas del ángel.

Pierdo el mapa de las soledades y me encuentro en sus ojos.
Te duelen los pies, ¿no?me dice al tiempo que me deja un beso.
Para nada, para nada”, miento. Y ella lo sabe.

Algo parecido a la felicidad confundirá a la tarde con la noche, al sueño con el calor, a las manos con los abrazos, a lo eterno con las flores.
Así, entre bagualas y vidalas que se escurrirán de la guitarra de Florencia, mi alma se olvidará de los árboles cundo las fantasías que casi suelo ver levanten aun más vuelo.

Cuando la noche se encuentre acomodada junto al fuego para que Florencia siga cantando historias, volveré a amarla por su sonrisa que calla al viento. Por sus alas de melodía.

Florencia se vuelve perfume.
Se suspende en el aire, en el tiempo, en mi pecho.
Como la flor del Lirolay.

Para cuando la canción se consuma por el amanecer, el gato gris con-una-mancha-negra se habrá dormido sobre el osito celeste.
Sereno como la brisa.

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12 comentarios:

Andrea dijo...

ahora si... te agregué a mis links... puedo? bueno. ya está igual

GABU dijo...

Nunca me gustaron los "grises" en todos los sentidos es un color que detesto,pero hay "grises" y "grises" en la vida y FLORENCIA tenìa el suyo...

P.D.:Siempre hay excepciones,como en todo en la vida,no?
CaUsalmente yo tambièn tengo un "gris" muy especial...

Le presento oficialmente a SEBASTIÁN, quien durante màs de 12 años ha secado mis làgrimas…

El tipo siempre en pose “star de Hollywood",viò?

** A veces solemos "treparnos" creyendo que en lo alto la luz serà màs intensa pero suele decirse que de quien vive el espejismo de haber ascendido se dice que "se cayó hacia arriba"

Por eso quizà en los colores extremos me he quedado...

“La Negra” tiene lo suyo… He aquì JOSEFINA…

BESAZOPS VOLADORES
(espero que pueda ver las fotines que le compartì) ;)

Bastet dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Hada de Luna ♥ dijo...

Buen día :)

Qué lindo texto, cuántas sensacions, cuántas imàgenes, sonidos, perfumes.

Este cuento es fiel reflejo de su título, uno se va, y se siente en el aire, recordando cuando uno busca ver lo sueños de los otros,intenta ver màs allà de lo visible...y darse cuenta al mismo tiempo de las propias limitaciones, a partir de simpleza tan grande de los otros.

Qué decir, tan hermoso - tierno como la conjunción de la brisa, los sueños, las sonrisas, bagualas y vidalas, flores... y las precisas palabras que se enlazan invitando a volar, al menos, por un instante y sonreir tontamente :)

Un besote

Habitarás mi ocaso dijo...

Si lo leyera todo no trabajaría por algunos minutos!

Saludos Felino!

LUJURIA dijo...

me produjo muchas cosas leer esto, debo admitirlo.

Cuídate leoncio

Saludos lujuriosos!!!

LUNA dijo...

Hola!!! Me gusto mucho tu post... me gustan los textos que puedo ir imaginando las escenas...además me gustan los gatos...
Estoy conociendo blogs...
Saludos

huellas compartidas dijo...

"... Algo parecido a la felicidad confundirá a la tarde con la noche, al sueño con el calor, a las manos con los abrazos, a lo eterno con las flores ..."

Algo parecido a la felicidad pobló este, mi mundo posible, de algodones de azúcar, de hamacas de plaza, de risas y de flores...
Se acerca la primavera y puedo sentir sus primeros acordes en mi piel...
Que esté bien estimado león...
Saludos desde las nubes

Little Queen dijo...

hermoso,simplemente hermoso

como para enamorarse estupidamente

eMe dijo...

AAHHH pero qué lindos gatos!!!

Mi primera gata era gris como ese/a, divina, ultra mimosa, hasta que un día pegó delirio de paloma y salió por la ventana del 7mo. piso derechito hasta el patio del vecino...

Luego vino López (mañana publico foto) y el famoso por todos conocido Chirola (del que ya publiqué).

Para mí, los gatos van con todíiiisimo :)

Ceci Fernandez dijo...

"Algo parecido a la felicidad confundirá a la tarde con la noche, al sueño con el calor, a las manos con los abrazos, a lo eterno con las flores".

Me encantó... muy profundo. saludos=)

Anónimo dijo...

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Andrea

Sí, pudo.

Espero no ahuyentar a sus visitantes figurando entre sus allegados.

Un abrazo, mi dama.




GABU

¿Grises? Seguramente todos los tenemos.

Pero espiándo a Florencia se pierden en arco iris.

Bellas fotos de sus compañías.



SIL ♥

Usted, Hadita, tiene vuelo propio.

Gracias por abrir la ventana para que entre su brisa.

Y, ya sabe, no sigo con las flores.

Un abrazo.




Habitarás mi ocaso

Algo bueno tenía que tener gastar el tiempo en mis devaneos.

(Me lo debe…)




LUJURIA

Bienvenida.

Me alegra que la recorran letras y sensaciones.

Me cuido, pero un poco.




LUNA

Gracias por el elogio.

Un pena que haya caído en mi morada en su empresa de conocer blogs… espero no haberla desanimado… jaja.

Más saludos




Huellas compartidas

Tal vez recordemos que la primavera huele a flores y revolución.

Gracias por sus saludos.

Y sus imágenes.




Little Queen

¿Acaso hay otra forma de enamorarse?

No se reprima… jajaja.




eMe

Prefiero los perros.

Pero no tengo nada contra los gatos.

Debo ser un poco de ambos.

(Y algo de jabalí y otro poco de gallito….)




Cecilia Fernandez

Me encanta que el encante.

¿Profundo? Espero.

Más saludos.