domingo, 10 de mayo de 2020

Zapatos muy grandes




Últimamente viene y se sienta en mi regazo. Nunca lo hacía, siempre fue de lo más ortiba con las personas. Pero desde que te fuiste se le volvió una costumbre.
Hoy se acomodó y se durmió sobre mí. Así, con esa naturalidad que tenía siempre con vos, hoy se durmió acurrucada en mí.
Entendí todo una vez más. Vos le diste cobijo desde el primer día que llegó a casa. ¿Te acordás cuando yo no quería otro gato y vos la adoptaste igual? Y desde entonces siempre había un huequito entre tu pecho y tus patas para ella. Porque siempre tuviste espacio para todos. ¿Cuántas veces yo mismo acomodé mi cabeza sobre vos cuando el mundo pesaba tanto? Nunca tuve un refugio tan seguro como vos. Nunca hubo un refugio tan seguro como vos.
Al final, ella y yo somos tan parecidos en eso: vos nos salvaste la vida a los dos. A los dos nos diste una familia, a los nos enseñaste que podíamos ser mucho más que de las calles.
Y te extrañamos tanto y no sabemos qué mierda hacer con este hueco que tenemos en el pecho por ese hueco en tu pecho que nos falta. Encima, el mundo se pone muy pesado demasiado seguido.
Hoy vino y se durmió encima mío. Hice lo mejor que pude por cuidar ese huequito donde se acomodó. Se me durmieron las piernas por no molestarla. ¿Cómo hacías vos? En un momento me moví un poco y apenas se despertó, para volver a dormirse. Te juro que estoy haciendo lo mejor que puedo, pero no me sale como a vos.
Y ella también lo está haciendo. Porque sé que te extraña, pero ahora se acomoda sobre mi regazo, y hasta se queda dormida, como hacía con vos. Porque le enseñaste tan bien, que ella también entendió todo. Y se sube sobre mí con su cuerpito tan chiquito para asegurarse que ninguno de los dos nos olvidemos todo lo que aprendimos desde que nos salvaste.

8 comentarios:

Recomenzar dijo...

Me ha gustado leerte Hay algo de nostalgia maravillosa en tu escrito.Volvere sin lugar a dudas un abrazo desde Miami

León Perseverante dijo...

Gracias por andar por acá. Supongo que la nostalgia tiene mucho de pena recordando naravillas.
Gracias por leer.

Manuela Fernández dijo...

La ausencia se sobrelleva cuando se comparte, aunque siga pesando.
SAludos.

Anónimo dijo...

��

León Perseverante dijo...

Qué importante contar con seres que estén presentes para compartir el peso.
Más saludos, Manuela. Gracias.

José A. García dijo...

Tener una mascota es una gran responsabilidad, demasiado grande para algunos.

Suerte,

J.

Raraher dijo...

Aquello que sale de las emociones, lleva el matiz y el calor de su lugar de origen por eso al extrañar no es estar vacío, sino estar lleno de alguien que se hace presente a pesar de su ausencia.

Ten un buen día y gracias por conpartir tus sentimientos.

León Perseverante dijo...

Verdaderamente, José. Lastimosamente.

Me pareció genial el contenido y la forma de tu mensaje, Raraher. Gracias.