lunes, 20 de septiembre de 2010

Ocurre

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Llueve tanto afuera que causa dolor.
Solo un piano canta mi desolación.
Víctor Heredia
(si yo tuviera una sombra de su poesía nomás...)

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Ocurre que dos personas -esas dos personas, sólo juntas y sólo dos- pudieron hacer del amor un cuerpo vivo que se respiraba y bebía. Como aire cálido y perfumado en la sangre, como néctar corriendo por las venas.

Ocurre que la distancia es arquitecta y el amor no sabe qué hacer con tanto pero tanto.

Y juntos, amor y distancia, construyen muros.

Pero el amor no quiere paredones como fronteras. Entonces, creyéndose a espaldas de la distancia, y de la mano ávida de los anhelos; toma los muros, los acomoda para desarmar laberintos, los encima para volar arrastrando los pies.




Amor y anhelo, muro tras muro y muro sobre muro, edifican entonces un castillo.
Algo de angustia lo decora de colores que ya no tiene, que alguna vez quiso tener.
Algo de dolor lo vuelve firme como una fortaleza.

Pobre amor.



La distancia es arquitecta. Y los anhelos, la angustia y el dolor son obreros como mercenarios.



El castillo es enorme, colosal, bello y luminoso.

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Un castillo enorme, colosal, bello y luminoso
de muros ciegos sin puertas ni ventanas.












4 comentarios:

Eclipse dijo...

convertir la fortaleza en laberinto... es fascinante.
el laberinto, por más intrincado, trae esperanzas de encuentro.
y el amor deja guijarros en los pasillos.

Hada de Luna ♥ dijo...

Cuantas sensaciones juntas...mezcla de nostalgia, tristeza y quizás también un dejo de esperanza, algo de lo que fue ese amor, ese que se pudo construir...¿no?

Distancia, muros, colores que se pierden y un castillo que pretende conservar lo que queda, quizás abrazarse a los anhelos como forma de respirar, alguna bocanada de ese aire que lograban esas dos personas ...

Angustia, dolor, anhelos...quizás sean distintas "caras" de un mismo sentir...quizás...

Y tal vez, aun sin ventanas ni puertas, haya un laberinto que permita llegar a ese castillo...quizás esa posibilidad, sea parte de la "luminosidad" que conserva ese castillo...

Me voy pensando en los castillos y dejo unos cuaaantos suspiros...

Muy bueno, como siempre.

Abrazoteee.














-*-
Pd1: Un texto que se corresponde con esto que se dice de la primavera,¿no? las flores,los colores, los pajaritos, la felicidad del amor ...

Pd2: más que sombras...sepalo.

Georgia SinClaire dijo...

"La distancia y el amor tienen esa costumbre de mezclar el placer con las ganas de sufrir".
Reza una canción.

Los castillos suelen ser encantadores. Están llenos de desafíos. Algunos hasta tienen dragones que velan por el sueño de las princesas. (Los más desepcionates están vacíos).
Y no, no existe fortaleza impenetrable, no al menos en este mundo. (Lamentablemente, quizá).

Sabes qué... me hicíste acordar a "El caballero de la armadura oxidada".

Un abrazo grande, Tiíto.
Farolito.

Alice in Borderland... dijo...

Es muy triste...

Y creí que mientras pasen los días y con esto de la primavera quizás se abrían las ventanas y las puertas "para ir a jugar"...

Pero son "muros ciegos".

Es muy triste...

Pero ¿quién dijo que todos los finales tenían que ser felices?
Y mientras las ficciones (esas que escribe usted con tanta obsesión) sigan generando "eso" (esta vez tocó tristeza)... vale la letra.

¡Besos primaverales!