domingo, 21 de enero de 2018



"El polvo viaja y parece cristal
o pequeños planetas que saben bailar."
S. Rodríguez.


- Días como un barranco sin caída son estos -.
- ¿Cómo es eso? - contestó con apenas una deferencia de interés, acostumbrado como estaba Luciano a los juegos de palabras de su compañero.
- Claro, la pendiente ahí está, pero vos no te caés. Solo te pasás todas las putas horas haciendo fuerza para sostener el equilibrio. A un lado y al otro: barranco. Y no querés caerte, pero eso no significa que lo que te la pasás haciendo sea mejor.
- ¿El esfuerzo por evitar algo peor no es mejor si cumple su cometido?-
- Depende si mirás su efectividad o su desarrollo... - contestó Gustavo con el brillo de quien tiene el remate listo desde que te invitó a jugar- ...depende, si te parás en el resultado, no te caíste; ahora, si te pongo a vivir el desarrollo, ¿cuántos años querés vivir haciendo solo eso?; no parece una vida muy divertida. -
-¿Entonces te dejarías caer vos? - Luciano devolvió el golpe, creyendo ver un hueco de esos que se forman cuando el otro juega siempre al ataque.
- ¿Yo?... yo saldría del barranco de una puta vez, ¿no te parece?-
Gustavo tenía huecos, pero rara vez eran los que su amigo creía encontrar en sus frecuentes idas y vueltas verbales. Lo que sí Luciano sabía sin titubeos era que Gustavo estaba cansado de días como estos. Y que a pesar de sus huecos, quería a su amigo con esa mezcla de admiración y coraje que tienen los abismos.

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